Sostén mi mano
Sostén mi mano,
que te ayudare a levantarte,
enseñándote a caminar
y también a pedir ayuda.
No importa si me ensucio,
no te dejare caer en el barro,
si te tropiezas una vez,
a la próxima estaré tres pasos
adelante, para cuidar tu camino.
Si te asustas, aferrate fuerte,
sostén mi mano,
no te avergüences de ello,
que para eso estoy contigo.
Pondré mis manos en el fuego,
para que no te quemes.
Introduciré en el agua fría mis manos,
para que no tiembles después.
Sostén mi mano,
siente el calor que emana,
cuando te abrazo, te sostengo
ó te agarras,
vamos, sostén mi mano,
no importa si me ensucio,
adelante, que te ayudaré,
sostén mi mano,
que no te dejare caer... (Víquez, 2005)
1 comentario:
Querido y entrañable amigo...que podre decirte que no te haya dicho en otra ocación..me fascina este poema por que este en particular me remonta a cierta epoca o faceta mejor dicho, de esta amistad, simplemente me encanta...
Publicar un comentario