Oda al Fútbol

Fútbol deporte rey, inventaste curioso la palabra ironía,
Deporte hecho para los números, ciego terco a la fría estadística,
Arte sofisticado, la fineza trabajada a punta de patadas,
Provocador en multitudes de llantos necios o risas ahogadas,
Donde el jugador no juega con un balón, patea nuestros corazones,
Y en el quebranto de un calizo poste nos mata o devuelve el alma,
Tiñendo en la agonía de un tardío gol el sabor definitivo de la calma,
Veintidós lancelotes, armados tan solo con sus sueños y botas,
Detrás de ellos legiones, humanas hordas que imploran victoria,
Un balón es empujado, tan querido, tan perseguido, aún tan maltratado,
Las manos que pintan y escriben aquí son pecadoras pecaminosas,
Contaminan la jugada, su puesta en escena macula la inusual obra,
El fútbol es la vida, la lucha del día a día sin humana excepción,
La vida imita al fútbol, un gajo más de su redonda imaginación,
Fútbol eres alegría, montarse orondo en la carroza del gran campeón,
Maldita apatía, dibujada en la mueca desastrosa del amargo perdedor,
Eres capricho infantil, duende saltarín que no conoce jefe o patrón,
Eres doncella enamorada, apercollada a los botines del diestro driblador,
Eres despacho y desamor, una cruel barrida que se merece la expulsión,
Eres moraleja del bien y el mal, una humana lección de reivindicación,
Angustia de tiempo extra, la obsesión de hacer eterno un minuto en el reloj,
Eres la gloria absoluta de todos, salida a ráfagas de los pulmones del goleador,
Eres el coqueteo, del artista que esculpe a patadas y persigue su balón,
Astronomía popular, pedazo de estrella vomitada por un férreo defensor,
Eres mi aire, oxígeno vital para todo aquel que se diga de ti admirador,
Eres mi religión, espera mesiánica del domingo de nuestra resurrección,
En que ricos y pobres somos hermanos, en la verde iglesia de la redención,
Pues el séptimo día el gigante descansó, la Tierra fue hecha con forma de balón